La tensión arterial es la fuerza o presión que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos mientras el corazón bombea sangre. Cuando el corazón se contrae e impulsa sangre hacia el interior de los vasos sanguíneos, sube la tensión arterial. Y vuelve a bajar cuando el corazón se relaja. La tensión arterial cambia de un minuto a otro. En ella, influyen la actividad y el reposo, la temperatura corporal, la dieta, las emociones, la postura y los medicamentos.
La mayoría de las veces, la hipertensión no causa ningún síntoma. En casos excepcionales, puede causar dolores de cabeza, visión borrosa, mareos, hemorragias nasales, taquicardias o palpitaciones y náuseas. Una dieta balanceada en nuestro día a día es de suma importancia para mantener en buen estado nuestro ritmo metabólico y procesos biológicos, necesarios para el correcto funcionamiento general de nuestro organismo. Una dieta apropiada se complementa para la prevención y cuidados de ciertas condiciones médicas como es el caso de la hipertensión, en esta un régimen de hábitos logra un cambio sustancial tanto para su manejo como su prevención, con puntos clave se espera conseguir crear conciencia y tener un conocimiento más específico de este tema.
Se considera que en la actualidad un gran porcentaje de jóvenes sufren causas no tan severas en cuanto a la hipertensión por ello te recomendamos lo siguiente:
- Ingerir más fruta, verdura y lácteos semidescremados.
- Limitar la sal.
- Evitar la cafeína (presente en los refrescos, el té, el café y las bebidas energizantes).
- Evitar el alcohol.
Por lo tanto, si existen antecedentes familiares de hipertensión o algún pariente consanguíneo ha sufrido un ataque cardiaco, es aconsejable controlar la tensión de forma periódica, al menos una vez al año. Recuerda el cuidado de tu salud depende de ti.