La industria se enfrenta a diario a cuatro generaciones de consumidores, las empresas batallan y compiten por ganar más adeptos y que su marca se convierta en una lovemarks, y es que, todas las generaciones tienen necesidades y hábitos de consumos diferenciados, los consumidores de hoy en día toman sus decisiones de compra en función sus finanzas, su comportamiento, su contexto demográfico y sus emociones. Las empresas toman en cuenta las expectativas del consumidor, ganando su atención y generando esa conexión “Emocional” para que perdure en el tiempo.
¿Qué es el consumidor emocional?
El consumidor emocional es aquel que no solo busca satisfacer una necesidad con un producto o servicio, sino que, además, quiere experimentar un sentimiento agradable y una sensación de satisfacción y plenitud al realizar la compra.
Está demostrado que las emociones del consumidor influyen en su comportamiento de compra mujeres y hombres realizan compras cuando se siente felices y aun cuando están tristes también lo hacen.
Sobre el comportamiento del consumidor emocional, éstos se caracterizan por tomar las decisiones de manera apresurada, por ser indecisos, curiosos y por no prestar verdadera atención a las características de los productos o servicios, lo que en ocasiones provoca que se arrepientan fácilmente de las compras que realizan.
Sea como sea, el consumidor emocional está siempre en busca de experiencias memorables. Y, de hecho, de acuerdo con un el informe de Zendesk 2021, “el 75% de los clientes está dispuesto a gastar más en empresas que les ofrezcan una buena experiencia del cliente” ¿Sabías que el proceso de compra de cada cliente está determinado por diferentes factores? Sus experiencias pasadas, gustos personales, necesidades a satisfacer y poder económico. Sin embargo, existen otras características en común que encontramos en el mercado como por ejemplo el informado, impulsivo, discutidor, indeciso, confundido, silencioso, negociador, leal, rehén.